lunes, 17 de mayo de 2010

Chocolate y Crema [Cap 3 - Crema]



Después de que el chico se fuera, las supersticiones de que el puesto detrás de mí estaba maldito aumentaron. Todo había comenzado cuando me había sentado, en el mismo puesto que ahora, hace dos años, el chico de atrás estaba enfermo y luego de una hora lo tuvieron que enviar a su casa. Desde ese momento nadie se sienta ahí.

Cuando terminaron las clases me sentí mucho mejor, llegué a mi casa y tiré la mochila encima de mi cama, me cambié la ropa, deje el uniforme doblado encima de una silla, y me puse unos jeans y encima de la polera un polerón, salí de la casa y me dirigí a la verdulería.
Ahí trabaja después de clase. Ana, la nieta de los dueños de la tienda se encargaba de vender ahí mismo, me había contratado a mí para que la ayudase con los pedidos, con mi bicicleta iba a dejar los paquetes a las casas.
Ana me pasó un montón de paquetes mientras yo sacaba la bicicleta, con los paquetes iba un papel con las direcciones. Entregué todas las regulares, la casa del señor Jiménez, a las señoras Carola y Carmen, las CC como las llamaba yo. Después de entregar casi todos los paquetes me di cuenta que quedaba uno, bastante grande, a la casa del monte, la casa abandonada. Me sorprendió que la persona que me abrió fue una chica, la mayoría de los pedidos eran de personas mayores de edad, me parecía familiar, con el cabello negro liso y corto, los ojos de un azul cielo y la piel blanca como la nieve.
-Hola soy Sara, tu compañera de clases
Le respondí al saludo, - es mi última entrega- pensé. Le mostré los paquetes, ella los recogió.
- Quieres acompañarme adentro -dijo- es tu última entrega, tu misma lo dijiste.
- ¿Lo dije?...Bien solo un rato.
Deje la bicicleta al lado de la puerta y entré a la casa, era una casa muy linda, tenía grandes ventanales, parecía una casa piloto. Sara me guió hacia su habitación, subiendo las escaleras. Era una pieza bastante amplia, tenia una cama, un closet, un espejo, un escritorio y todo estaba de lila o morado.
- Te gusta el morado-
- Si es el mejor color, ¿tienes mail?
Se lo escribí en su computadora y ella me agrego a sus contactos. Estuvimos hablando un largo rato, al principió la había encontrado demasiado bulliciosa y movida, pero era bastante simpática. Después de un rato vi mi reloj pulsera, eran las ocho.
- Lo siento me tengo que ir, mañana hablamos en clase.
- Bien, te dejó en la puerta.
- No te preocupes, ah y dile a tu hermano que se mejore.
Bajé corriendo las escaleras, cuando estaba llegando al final choqué, me di la vuelta y me disculpe, me sorprendió ver al chico, nuestras miradas se cruzaron, el verde intenso de sus ojos recalcaban mucho de su piel oscura y su cabello negro, salí corriendo con el corazón latiendo a mil por segundo.
Llegué a casa y aunque mi hermana me retó me sentía feliz, prendí la computadora y acepte la invitación de Sara.

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